martes, 20 de octubre de 2015

Contra la fundación Princesa de Asturias y sus premios



Mucho se ha hablado de los premios “Princesa de Asturias” desde que la vicealcaldesa de Oviedo, Ana Taboada (Somos Uviéu) los calificase de “pasados de moda”  y criticase su carácter monárquico, dando a entender que tal vez participe en la ya tradicional manifestación contra los premios, como ha hecho otras veces. El concejal de cultura ("Rivi", IU) no tardó en sumarse a las críticas, elevando incluso el tono.

La corte habitual de políticos de 1ª regional asturiana, empresarios, personalidades y la propia fundación Princesa de Asturias ha reaccionado de las maneras más variopintas: 

Unos piden las dimisiones que jamás pedirían para ladrones como los que se pasearán por el teatro Campoamor el próximo viernes, otros hinchan el pecho palomo para afirmar sin descojonarse que los premios son los siguientes más importantes tras los Nobel y que “a Oviedo se la conoce en todo el mundo por ellos”, que producen trabajo, atraen inversión y no sé cuantas cosas más que como todos podemos ver, desde 1981 han convertido a Oviedo en la Nueva York ibérica.  Algunos, más de barrio ellos, vacían sus pulsiones agresivas en forma de insultos a la emisora de tan inaceptable mensaje. Hasta al entrañable entrenador del Oviedo han querido meter en el ajo sacándole su pasión por el premiado Francis Ford Coppola para que se postule a favor de los premios. 
revoluciontrespuntocero.com/la-dictadura-perpetua-y-la-monarquia-en-espana/

Una justificación que me ha hecho especial gracia ha sido la de que algunos premiados, como Saskia Sassen, donaron el importe de su premio para causas sociales en Oviedo. Supongo que a nadie en la administración se le hubiese ocurrido donar directamente el importe a esas causas. Después de todo, la Fundación Princesa de Asturias se financia con fondos públicos. 

Es curioso, en 6 años viviendo en el extranjero y tras algunas escapadas mochileras por Latinoamérica y Asia me he acostumbrado a explicar de mil maneras diferentes qué carajo es eso de Asturias y Oviedo a cientos de personas, y puedo dar mi palabra de que JAMÁS a ninguna de esas personas se le encendió una bombilla que relacionase nuestra tierra con estos “famosísimos” premios, JAMÁS. No se acaba el mundo por aceptarlo: Oviedo y sus fantásticos premios no son especialmente populares fuera de nuestras fronteras. Ni su aborrecible monarquía. “¿Who is that fella in the spanish euro coin?” Me preguntaba algún mindundi irlandés años atrás, “Oh! Spain has a King then? I had no idea!”

Recemos para que el oviedín del alma suba pronto a primera, porque esto de los premios no chuta, majestad. 

Éxito o fracaso, entre esta maraña de información casposa se hace necesario explicar las razones por las que miles de asturianos nos vamos a manifestar contra esos premios, un año más

La primera es que es un sano ejercicio de dignidad salir a recibir con pitos a todas las familias de crimen organizado que aparecerán por la ceremonia. Desde las políticas a las empresariales, con especial atención a la familia real, que un año más buscará un hueco en su durísima agenda laboral para venir a comerse un cachopo a Oviedo. 

La segunda es que al Oviedo popular nunca le ha gustado pagar con dinero público estas ceremonias exclusivas donde las señoras se emperifollan y visten de largo para salir a aplaudir a eminencias de las ciencias sociales y letras a quienes no sólo no han leído, sino que si lo hicieran se espantarían por el alto nivel de “demagogia bolivariana” que contiene su discurso. Si tan rentables son los premios, que se autofinancien. Y tampoco nos gusta saber de la cantidad de gente que saca tajada económica, ya sea directa o indirectamente. Ya puestos, que los organizadores dejen de reclamar a la escuela de hostelería de Gijón que envíe a sus estudiantes a trabajar gratis. 

La tercera es que estos premios son como siempre una forma de lavar la cara de una institución decimonónica, machista y antidemocrática representada por una familia de presuntos comisionistas, puteros, ladrones, borrachos y amigos de genocidas.

La cuarta es que Oviedo volverá a llenarse de policías buscando terroristas en cada esquina, abriéndote la mochila, pidiéndote identificación –a algunos ya nos la pidieron hace algunas semanas- y decidiendo si te deja o no pasar si vas en dirección a la manifestación. Y ya cansa.

La quinta y definitiva es la propia gente que participa en el patronato y el jurado de los premios, que nos da una buena pista de por donde van los tiros. Realmente esta es la razón de mayor peso. Diego Díaz, miembro de Somos Uviéu, ha hecho una imprescindible recopilación de personajes indeseables que colaboran con esta fundación:

-Tenemos a Rodrigo Rato entregando el premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 2012, gran colaborador. Un activo “al alza”. Tristemente, ya no forma parte del patronato de la fundación.

-Tenemos también a gente bien conocida, como Esther Alcocer Koplowitz, de FCC, Manuel Manrique, de Sacyr, o Florentino Pérez, de ACS en el patronato de la Fundación Princesa de Asturias, todos ellos en los papeles de Bárcenas por financiar ilegalmente al PP. 

-Otro miembro ilustre del patronato es Dimas Gimeno, presidente de El Corte Inglés, esa empresa denunciada por maltrato laboral por INTERMÓN-OXFARM…. En 1996 y 2000 fue candidato de la Falange a las elecciones generales. 

-Otro más:  Cesar Alierta, de telefónica. El directivo mejor pagado del Ibex35, 43 milloncetes de nada en 2014. ¿Hace falta explicar algo sobre timofónica?

-Sol Durella. Esta pájara es la principal accionista de la empresa que fabrica Coca-Cola en nuestro país, que recientemente cerró la planta de producción de Colloto, aquí al lado, dejando a muchos trabajadores en paro a pesar de la fortaleza económica de la empresa.

-Borja Prado, presidente de Endesa. La misma compañía que explota el déficit de Tarifa para sangrarte o cortarte la luz si no puedes asumir los abusivos recivos… mientras él se sube su opulento sueldo. Aparece en la lista Falciani.

-Banqueros simpáticos: Ana Botín del Santander, Francisco Gonzalez del BBVA, Isidro Fainé de la Caixa, José María Arias del banco Pastor…. Todos ellos grandes filántropos.

-Juan Miguel Villar Mir, otro multimillonario que aparece en los papeles de Bárcenas. Un superviviente del tardofranquismo que gracias a su cercana amistar con Juan Carlos de Borbón no deja de conseguir excelentes contratos en Arabia Saudí. La cacareada meritocracia libegal, supongo.

-Antonio Bufrau, presidente de la fundación REPSOL, esa petrolera denunciada por diferentes ONG’s por vertidos contaminantes y prácticas agresivas contra el medio ambiente y los derechos humanos.

-Fernando Masaveu, orgulloso representante asturiano en la lista Falciani, miembro de una familia de oligarcas que entre otras cosas se han beneficiado “sorprendentemente” de los sobrecostes de la ampliación del puerto del Musel en Gijón. 

-En el jurado (premio de la Concordia) destaca Isak Andic, dueño de MANGO. Mientras entrega premios a unas ONG’s, otras como INTERMON-OXFARM denuncian sus empresas por malas condiciones laborales. Destaca el caso destapado por New York Times: uno de los talleres de MANGO estaba en el edificio que hace dos años se desplomó en Bangladesh acabando con la vida de más de mil trabajadoras

¿Realmente debemos ir a aplaudir a esta gente?

No quisiera terminar este texto sin antes dejar clara mi admiración por las obras de Zygmunt Bauman, Saskia Sassen, Amin Maalouf,  Michael Haneke o Francis Ford Coppola entre otros premiados. Esto no va con ellos. Unos premios libres de saraos clasistas, de chupones corruptos y de monarcas tendrían nuestro respeto.

Después de todo, me da que el próximo Viernes encontraremos a más seguidores de estos y otros premiados en la manifestación de la plaza de la Escandalera que dentro teatro Campoamor.

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